La semana pasada me senté a escribir todos los días pero no terminé publicando nada relativo a los Días de borrasca [víspera de resplandores] en la página. Los motivos son diversos pero van desde que el contenido me parecía una frivolidad hasta que había terminado entrando en temas políticos, que es algo que me prometí no abordar hasta que acabara esta crisis. En todo lo que escribí sobrevuela la intoxicación informativa a la que me vengo exponiendo desde que empezó el confinamiento y que de alguna manera ha provocado que me censure. Leo y consulto de forma compulsiva todo lo que tengo a mi alcance y la saturación ha terminado pasando factura. La situación general en la que estamos me parece bastante terrible pero en nada me ayuda bloquearme y no asomar por aquí. Creo que la clave está en esa imagen de Pictoline (página que me encanta, con esas infografías tan chulas que hacen): tengo que crear un lugar seguro en mi cabeza, una Fortaleza de la Soledad, donde pueda refugiarme unos momentos al día, libre de COVID-19, pandemias y preocupaciones.
Quiero seguir escribiendo porque lo necesito. Todo ese contenido que he desechado me ha generado una frustración absurda porque, aunque no tengo ninguna obligación con la página, siento que me falta algo por no haberlo publicado. Tampoco tengo una idea clara de lo que quiero lograr ahora mismo con estos
reportes desde el confinamiento pero sí tengo claro que querré leerlos
en el futuro. A lo que no termino de encontrarle sentido es a la estructura que estoy manejando: quiero desconectar del Mundo Real™ viniendo aquí a contaros mis vivencias diarias en el Mundo Real™. Pero así es. Y así lo contaré hasta que pierda definitivamente el contacto con la realidad (escenario en el que veo muchas ventajas).
2 comentarios :
La realidad esta sobrevalorada...
Totalmente. Lo que no se si está sobrevalorado es la normalidad que teníamos (veremos cuanto podemos recuperar).
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