Conocí a Carlos Vermut con Cosmic Dragon porque en esta casa seguimos con gran interés todo lo que la editorial ¡Caramba! se traiga entre manos. Este pequeño homenaje/broma/reflexión a costa de la obra de Akira Toriyama me demostró que Vermut conocía muy bien los tics y resortes que dieron forma a uno de los shonen más significativos del género. El hiperdramatismo, las situaciones más grandes que lo divino y lo humano e incluso esos tempos imposibles que tendían hacia el infinito en el anime estan aquí, expuestos de forma casi religiosa, como si el cómic fuera un estudio de los lugares comunes que transitaba la serie madre en vez de lo que lo que finalmente es: un puñetero chiste. Un chiste muy tonto que se le atragantará a más de uno pero que plantea más problemas morales y cuestiones de interes que el exterminio de un planeta lleno de namekianos. Y que, aunque no lo parezca, no deja de ser un homenaje respetuoso por parte de un fan.
Creo que a día de hoy hay que deconstruir Dragon Ball en estos términos, algo que estimule un poco las reblandecidas neuronas de los niños de los '90 y que les recuerde que ya tienen una edad (hombreya!). Aparte, a mí cosas como este Cosmic Dragon me resultan tan simpaticonas que pongo en el punto de mira a su autor y quedo pendiente de visionar tanto Diamond Flash como esa Magical Girl que pinta maravillosa y cuya existencia, independientemente de cualquier otra consideración, hay que aplaudir como si nos fuera la vida en ello.
2 comentarios :
Video divertido. Ese mundo del samizat incluso en que los niños de mi escuela "comerciaban" con fanart y fotocopias de DG! Dígaselo a uno que se baja jpgs. Como dice el chiste x ahi (yo estoy lejos de eso) cuando uno tenga que explicarle qué era Nirvana a su hijo como su padre explicaba Los Relámpagos...
Lo de las fotocopias de DB en tu zona es de traca! Un fenómeno acojonante del que puedo dar fé que no tuvo réplica en la Capital del Reino.
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