¡Por fin hemos visto el Episodio VII en esta santa casa! Después de sortear gran parte de los spoilers (que no todos) ya ha caido, y tenemos un veredicto que, a diferencia de otras ocasiones, no se anda con titubeos: la película nos ha gustado mucho. Tenemos alguna pega que otra pero son minucias que se diluyen en la impresión que nos ha dejado el resultado global.
De todas formas, ahora que accedemos sin miedo al torrencial de reseñas e impresiones diversas, nos está sorprendiendo cierta corriente de negatividad extrema que rodea a la película. Lo que nos ha llevado a plantearnos una vez más aquello de ¿por qué tanto odio?
(Tranquilidad con los spoilers que este artículo no los tiene. Tan sólo hay que tener cuidado si pincháis en algún enlace de los que ponemos)
Vamos con nuestra pequeña tesis. El despertar de la fuerza nos ha gustado por diversos motivos que, resumidos, serían los siguientes: recupera con acierto a personajes icónicos, presenta a un nuevo plantel que no queda sepultado por aquellos y plantea una nueva continuidad que se siente bastante acorde con los acontecimientos pasados y que fija un escenario muy prometedor para el futuro. Quizá juegue de forma demasiado descarada la baza de la nostalgia pero creemos que J.J. Abrahms (no sólo él, que esto no es ninguna cinta de autor) ha llevado a buen puerto un proyecto realmente complicado, en el que era prácticamente imposible que todas las piezas encajaran.
Esto, por descontado, es una percepción personal. Cualquiera está en su derecho de sentirse decepcionado con una película que no puede evitar cargar con el peso de unas expectativas gigantescas. Sin embargo, pensamos que (objetivamente incluso) no hay elementos ofensivos o que falten al respecto del espectador (fan o no) tanto como para generar reacciones viscerales. Ni en contra ni tampoco, si nos apuráis, a favor. Si algo impregna la película es un halo de respeto reverencial, quizá demasiado. No estamos hablando de una película que plantee retrocontinuidades absurdas, interpretaciones rupturistas con la mitología o que quiera dinamitar el recuerdo de la trilogía clásica, más bien lo contrario. Podemos entender la decepción en diversas formas: puede resultar poco motivador que se mire constantemente en el recuerdo del pasado, puede no conectar a un nivel emocional, puede, vaya, aburrir. No convencer. Pero no entendemos, o no vemos justificado, el odio. Porque lo que nos ha chocado un poco es encontrarnos con una corriente de odio puro y duro generado en dos "círculos" que suelen confluir más de lo que parece: el mundillo gafapasta (o intelectualoide, o hipster -como se llame en el minuto que leáis esto-) y los trolls.
Quizá haya que hacer un poco de prospección para entender una cosa: aquello de la ironía gafapasta, de "deconstruir" determinados fenómenos para reivindicar cosas que no parecen reivindicables bajo ningún punto de vista lógico, también funciona en dirección inversa. Es decir, contemplar desde una atalaya intelectual determinados productos culturales (si son de masas mucho mejor) y arrastrarlos por el fango, algo que pide el signo de los tiempos porque criticar cualquier cosa tiene mucha más aceptación. Todo esto nos ha proporcionado (y nos proporciona) momentos absolutamente míticos pero ni todo es susceptible de ser reivindicado/desmenuzado, ni todo el mundo tiene la capacidad para hacerlo como es debido (nosotros mismos, por ejemplo, somos incapaces de dedicarnos a ese tipo de ejercicios).
Esto por una parte porque por el lado de los trolls no hay nada que entender. Tan sólo hay que ver el objeto de sus ataques al respecto de la película (la diversidad racial y de género del reparto, las "cuotas de representatividad") para que procedemos a ignorar activamente a estos infraseres, pero quedándonos con que la corriente de negatividad y destrucción que generan a su paso también retroalimenta al anterior círculo. De hecho y si hablamos de cuestiones de odio, ambas corrientes se complementan muy bien.
Y en este escenario, para nada nuevo o que no hayamos visto antes, estamos. Es inevitable que un producto cultural de alto impacto sea objeto de un escrutinio incisivo y, definitivamente, no hay nada más masivo ni con mayor repercusión en la cultura popular que Star Wars. Tampoco hay nada que insufle más vida a las redes sociales que el odio, por lo que tenemos una ecuación bien simple encima de la mesa. Lo mordaz, lo ingenioso, la gracieta... son la gasolina de Twitter o Facebook, nada mejor para construir un postureo en condiciones que sumarse a corrientes contrarias al éxito masivo y aborregante de determinados mastodontes culturales, así que en esta ocasión tenemos a nuestra disposición una moda ad-hoc (para nada minoritaria, todo lo contrario) consistente en coger un saco de piedras y arrojarlas a bocajarro contra la película de Disney. El problema ya lo hemos mencionado líneas atrás: en este caso concreto no creemos que la ocasión lo merezca. No hay nada concreto en el Episodio VII que induzca al odio virulento, maldita sea, no hay midiclorianos o Jar Jar Binks de la vida deambulando por el metraje ¡si hasta parece que la película estuviera pidiendo permiso constantemente para agradar!
No creemos que nada de esto tenga moraleja: el poder del lado oscuro del postureo es fuerte y si no hay cimientos para construir una tendencia, el odiar siempre da buena lumbre. Ir a brazo partido contra la corriente establecida o lo mainstream es de primero de redes sociales: fácil, siempre a mano y con amplia aceptación en los circuitos de lo no comercial, un ladrillo más para construir atalayas desde las que mirar por encima del hombro a los demás. Despidamos esta especie de reflexión señalando a una de esas catedrales del postureo: Star Wars VII: El despertar del engañabobos, artículo de JotDown que representa como ninguno el tema que hemos querido exponer hoy. Un esfuerzo tan demencial como estéril que han replicado de la manera que se merece en este otro artículo de la web Cable 54: El despertar de JotDown.
Desde Mundo Alocado recomendamos tener cuidado con el lado oscuro del postureo, entre otras cosas porque consume un tiempo muy valioso. ¡Ah! Somos contrarios al odio "porque sí" pero tenemos un puñetazo en el estómago preparado para cualquiera que cuestione que está película no ha dejado imágenes para el recuerdo.
De todas formas, ahora que accedemos sin miedo al torrencial de reseñas e impresiones diversas, nos está sorprendiendo cierta corriente de negatividad extrema que rodea a la película. Lo que nos ha llevado a plantearnos una vez más aquello de ¿por qué tanto odio?
(Tranquilidad con los spoilers que este artículo no los tiene. Tan sólo hay que tener cuidado si pincháis en algún enlace de los que ponemos)
Vamos con nuestra pequeña tesis. El despertar de la fuerza nos ha gustado por diversos motivos que, resumidos, serían los siguientes: recupera con acierto a personajes icónicos, presenta a un nuevo plantel que no queda sepultado por aquellos y plantea una nueva continuidad que se siente bastante acorde con los acontecimientos pasados y que fija un escenario muy prometedor para el futuro. Quizá juegue de forma demasiado descarada la baza de la nostalgia pero creemos que J.J. Abrahms (no sólo él, que esto no es ninguna cinta de autor) ha llevado a buen puerto un proyecto realmente complicado, en el que era prácticamente imposible que todas las piezas encajaran.
Esto, por descontado, es una percepción personal. Cualquiera está en su derecho de sentirse decepcionado con una película que no puede evitar cargar con el peso de unas expectativas gigantescas. Sin embargo, pensamos que (objetivamente incluso) no hay elementos ofensivos o que falten al respecto del espectador (fan o no) tanto como para generar reacciones viscerales. Ni en contra ni tampoco, si nos apuráis, a favor. Si algo impregna la película es un halo de respeto reverencial, quizá demasiado. No estamos hablando de una película que plantee retrocontinuidades absurdas, interpretaciones rupturistas con la mitología o que quiera dinamitar el recuerdo de la trilogía clásica, más bien lo contrario. Podemos entender la decepción en diversas formas: puede resultar poco motivador que se mire constantemente en el recuerdo del pasado, puede no conectar a un nivel emocional, puede, vaya, aburrir. No convencer. Pero no entendemos, o no vemos justificado, el odio. Porque lo que nos ha chocado un poco es encontrarnos con una corriente de odio puro y duro generado en dos "círculos" que suelen confluir más de lo que parece: el mundillo gafapasta (o intelectualoide, o hipster -como se llame en el minuto que leáis esto-) y los trolls.
El toque Disney ha llegado demasiado lejos... |
Esto por una parte porque por el lado de los trolls no hay nada que entender. Tan sólo hay que ver el objeto de sus ataques al respecto de la película (la diversidad racial y de género del reparto, las "cuotas de representatividad") para que procedemos a ignorar activamente a estos infraseres, pero quedándonos con que la corriente de negatividad y destrucción que generan a su paso también retroalimenta al anterior círculo. De hecho y si hablamos de cuestiones de odio, ambas corrientes se complementan muy bien.
Y en este escenario, para nada nuevo o que no hayamos visto antes, estamos. Es inevitable que un producto cultural de alto impacto sea objeto de un escrutinio incisivo y, definitivamente, no hay nada más masivo ni con mayor repercusión en la cultura popular que Star Wars. Tampoco hay nada que insufle más vida a las redes sociales que el odio, por lo que tenemos una ecuación bien simple encima de la mesa. Lo mordaz, lo ingenioso, la gracieta... son la gasolina de Twitter o Facebook, nada mejor para construir un postureo en condiciones que sumarse a corrientes contrarias al éxito masivo y aborregante de determinados mastodontes culturales, así que en esta ocasión tenemos a nuestra disposición una moda ad-hoc (para nada minoritaria, todo lo contrario) consistente en coger un saco de piedras y arrojarlas a bocajarro contra la película de Disney. El problema ya lo hemos mencionado líneas atrás: en este caso concreto no creemos que la ocasión lo merezca. No hay nada concreto en el Episodio VII que induzca al odio virulento, maldita sea, no hay midiclorianos o Jar Jar Binks de la vida deambulando por el metraje ¡si hasta parece que la película estuviera pidiendo permiso constantemente para agradar!
Cuentas de Twitter que justifican películas enteras. Sí. |
No creemos que nada de esto tenga moraleja: el poder del lado oscuro del postureo es fuerte y si no hay cimientos para construir una tendencia, el odiar siempre da buena lumbre. Ir a brazo partido contra la corriente establecida o lo mainstream es de primero de redes sociales: fácil, siempre a mano y con amplia aceptación en los circuitos de lo no comercial, un ladrillo más para construir atalayas desde las que mirar por encima del hombro a los demás. Despidamos esta especie de reflexión señalando a una de esas catedrales del postureo: Star Wars VII: El despertar del engañabobos, artículo de JotDown que representa como ninguno el tema que hemos querido exponer hoy. Un esfuerzo tan demencial como estéril que han replicado de la manera que se merece en este otro artículo de la web Cable 54: El despertar de JotDown.
Desde Mundo Alocado recomendamos tener cuidado con el lado oscuro del postureo, entre otras cosas porque consume un tiempo muy valioso. ¡Ah! Somos contrarios al odio "porque sí" pero tenemos un puñetazo en el estómago preparado para cualquiera que cuestione que está película no ha dejado imágenes para el recuerdo.
13 comentarios :
Abre la boca. Te voy a echar mierda...y te va a gustar.
Elegancia anonima...Estoy bastante de acuerdo contigo Forfy. El fandom se enrabieta cuando hay nostalgia, y se enrabieta cuando no la hay. Esta trilogia estaba gripada, y la peli siembra un futuro que ya no sera para JJ. Si hubiese existido este fandom, la pelicula del 77 de Lucas hubiese sido igualmente despellejada.
Viva Jar Jar Abrams!
:)
Un abrazo tiaco!
¡Mamá! Los Reyes Magos me han traido un troll :/
No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás.
Mycroft, Kalimero, FELIZ AÑO! ;)
(y hablaremos por el foro, Mycroft, así me reactivo un poco. Pienso lo mismo).
SR FORFY= SIMPLE MIND+COME MIERDA
Jo, que decepción. Esperaba mucho más, que lo anunció usted a bombo y platillo. Vaya mierda de troll chuchurrío que me ha tenido que tocar :/
Levanto la valla que no vale la pena que se cuele esto.
Muy buena relexion
Jajaja, gracias por el enlace a la cuenta de Emo Kylo Ren xDDDD
A mí también me sorprende bastante el odio porque sí. Por ejemplo: ¿por qué hay gente que odia a los homosexuales? Ahí ni gafapastismos ni nada, y sin embargo dura generaciones. Sólo me queda sacar una conclusión muy triste sobre el ser humano.
¡Es memorable esa cuenta!
En cuanto a lo otro pregúntaselo a los de la Westboro Baptist Church que verás la de literatura que te dan...
Mil gracias!
Por cierto, el troll no volvió. Pensaba que cazaría algún comentario suyo hiriente en las inmediaciones de la valla de seguridad. Supongo que no lo valgo :/
Suscribo el análisis en un porcentaje bastante aceptable, para qué engañarnos... si no hay alivio cómico jarjariano (aún lloro por el alma de Gimli, hijo de Glóin), ¿qué más quereoms?
Por cierto, ya que toca actualizar... me gustaría leer el análisis del Amanecer de la Justicia del Sr. Forfy.
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