El espejo en el que creen mirarse algunos. |
Como en Mundo Alocado el rigor y criterio periodísticos brillan por su ausencia (o, al menos, no sacamos pecho por ello constantemente) podemos abordar sin problema temas serios y delicados aunque nos parezcan demasiado burdos. Vamos con ello.
Si estuviéramos viendo una película con el argumento-tipo del #Ferrerasgate torceríamos el morro más o menos a la altura del nudo del metraje. Ya en lo que viene siendo el tramo final la suspensión de la credulidad terminaría saltando por los aires. Simplemente no creeríamos que los hechos revelados en la trama (not pun intended) no hayan tenido consecuencias reales para determinados personajes de la historia. El rigor de lo que parecía un thriller periodístico a la altura de la scifi baratucha de The Asylum. Increíble, sí, pero en el sentido literal del término.
De las amigables conversaciones entre los colegas Villarejo y Ferreras podemos extraer las conclusiones que nos de la gana y escribir ríos de tinta acerca de las cloacas del estado, los poderes en la sombra, el ciclo de vida de las fake-news… pero es que tanto da. Quienes queremos leer sobre eso lo haremos, debatiremos cabeceando y creyéndonos muy listos, muy en posesión de esa Verdad™ secuestrada por tantos, pero los verdaderos beneficiarios del contubernio son impermeables a nuestros lloros. La moraleja (hasta la fecha al menos) es peor todavía: la única víctima colateral es Yago Álvarez, el periodista de El Salto que abandonó Al Rojo Vivo lo que nos deja el siguiente fact-checking de hechos: que la izquierda pierde otro espacio relevante en los medios y que, en su desesperada huida hacia delante, se han encontrado trozos de cemento armado desprendidos de la cara de García Ferreras.
¡Pastor, Pastor! |
Por eso, y a modo de consuelo, en Mundo Alocado vamos a quedarnos en lo burdo, a recrearnos en una comparativa que lo es. Estoy seguro que en su mundo de fantasía, excelencia y mérito, Ferreras se proyecta a sí mismo como un periodista de raza, tipo el Lowell Bergman de The Insider (peliculón mayúsculo) que encabeza este post. Pero yo no puedo evitar que me recuerde muchísimo al Eric Cartman de uno de mis capítulos favoritos de South Park (You have 0 friends) donde tiene un programa de análisis de los perfiles de Facebook de sus amigos que, siendo una parodia de los programas de inversiones extremas y mercado bursatil USA, es idéntico al asqueroso nervio impostado y frenetismo artificial de mierda que imprime este señor a cualquier noche electoral que le de por analizar. Pactómetro, pactómetro.
Más periodismo. |
1 comentario :
Muy buen punto de vista, esto demuestra lo corrupto del sistema y como no existe realmente ni medios de derecha ni de izquierda si no q estan al servicio de los intereses individuales de la multinacional/politico de turno q en la España de las puertas giratorias no hay apenas diferencias entre unos y otros.
pd: Grande las referencias a los simpsons
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