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28 abr 2017

Final Girl


Es posible que el contenido que más me guste para Mundo Alocado sea cuando nuestra realidad se convierte en un capítulo de Black Mirror (algo que cada vez pasa con mayor facilidad) así que voy a darme el homenaje ahora que asomo la cabeza de nuevo por aquí. Hoy toca hablar de amoríos a primera vista en la era de lo viral, potenciales Jason Voorhees con piel de Romeo y una actualizada definición de acoso con filtro Instagram de unicornio. Vamos con la historia de terror de hoy.


Aunque debería haber alcanzado el estatus de leyenda urbana esta historia-tipo sigue saltando a primera plana con una facilidad pasmosa: chico se enamora a primera vista de chica en algún lugar público y empapela media ciudad con un texto ingenioso/lastimero para encontrarla. La mayoría de las veces ha sido un fake como una catedral (¿attention whores dónde?) pero, por alguna razón, el arquetipo del “jovenzuelo enamorado en estos tiempos tan revueltos” tiene el potencial viral de un video recopilatorio de gatitos (acaso el elemento más poderoso del Internet). En este caso la historia viene de Murcia y los mimbres vienen a ser un poco los de siempre. Vamos con la carta pegada a la farola: 



Aquí en Mundo Alocado a lo mejor es que desayunamos cinismo todos los días pero estas cosas nos dejan hasta mal cuerpo. El escrutinio y el apartado de las suposiciones (… pude observar que no tuviste un buen fin de fiesta… me gustaría haber reunido el valor de sacarte del infierno que estabas pasando…) son incómodos hasta decir basta, están hechos del material con el que tenemos pesadillas. No hay que olvidar que esto lo escribe un chico anónimo que se queda mirando embobado a una chica que está en su mismo tranvía (de noche, la ciudad en fiestas) y que después se monta una película en su cabeza que ríete de Amelie (ejem). Es posible que seas una bellísima persona y el tema este de los micromachismos no te haya hecho ver lo que has hecho realmente (acoso, coff coff) pero ni con esas ¡que es que puedes ser un psicópata, amigo! Terrorífico.

Pero la culpa no es sólo del chico. El concepto de flechazo en tiempos de Tinder (¿me gusta? Deslizo foto a la derecha; ¿no me gusta? A la izquierda – ¡hazte con todos!) o POF (dónde las “chicas disponibles de tu zona” aparecen en tu dispositivo como si de un radar que detecta un banco de atunes se tratase – ¡repleto de peces!) ha llevado a muchos a pensar en esta historia como el paradigma del amor romántico entre tanta superficialidad. Incluso a nosotros nos cuesta creer lo que acabamos de escribir, pero es así. Al menos, la historia se viraliza en términos polarizados: muchos piensan como nosotros pero son muchos otros los que piensan en Love Actually y llenan Twitter de corazoncitos, retuits y flechitas del amor para ayudar al muchacho en su empresa. El problema es que esto no es la típica chorrada de que si el vestido es de un color u otro, pero el pueblo llano debate.

Sea como fuere, el siguiente escalón es peor todavía. La historia adquiere tanta trascendencia (partiendo de, según el propio autor, 4 carteles pegados en Murcia) que salta a los medios de comunicación locales y nacionales, siempre ansiosos de este tipo de contenido que da para unos rellenos asombrosos. La polarización desaparece en pos de construir la Historia de Amor. Los medios le bautizan como Romeo (sí), se habla de amor verdadero, de romanticismo, le entrevistan, televisión local, radio, periódicos de tirada nacional ¡hay que ayudarle a encontrar a su media naranja! ¡Deben triunfar los sentimientos! Una marca de cervezas patrocinará la cena entre los dos. Ya hay impostoras que le envían sus fotos asegurando ser ellas el objeto de su desvelo. Incluso los novios de alguna despistada que encaja en la (pormenorizada) descripción física del cartel llaman para amenazarle.

Mientras escribía estas líneas, la supuesta Chica del Tranvía Real contesta a la carta:


Imaginad que absolutamente todo (y no sólo alguna cosa) es mentira. Ha quedado un Cautionary Tale precioso para todas las potenciales Chicas del Tranvía de nuestros días. Caperucita Roja Millenial. Nos gusta. Seleccionamos la imagen, y la arrastramos a la derecha.

3 comentarios :

Sorro Casereño dijo...

Estoy seguro que todo es una campaña viral de Aguila Amstel

estrella dijo...

Esto nos pasa porque desde pequeños nos están disfrazando el acoso de romanticismo. Hay películas de los 90 que son para echarse a temblar.

Lo bueno que le veo a todo esto, es que al menos hay gente que se da cuenta de lo que verdaderamente es.

Sr. Forfy dijo...

Carlos Cerrón: Mira, así te identifico mejor :P

En verdad yo pensaba que era un viral de Estrella Levante, que son los que han sacado a colación el tema de la cena.

Mítico avatar! Genial verte por aquí :D

Estrella: Totalmente lo que dices. De hecho, personalmente, no me había percatado de la gravedad del tema hasta que se ha hecho viral... en nuestro país. Estoy harto de ver esta historia fuera y hasta resultaba graciosa (poco ayuda en este caso el contenido de la carta... que es terrorífico!).

Me quedo con la parte buena: mucha gente no ha entrado al trapo, sino todo lo contrario. Me horrorizan los medios: al principio siguiendo la bola y no han reculado hasta casi el final de la historia. He leído artículos del Huffington (mal por mí) que son la peste: no mojarte y plantear este tema en términos de "neutralidad" y "mira como discute la gente" (rollo "podría" ser acoso, jeje) como mirándolo a lo lejos, dan asco.

P.d 1: No es este pero me vale: http://www.huffingtonpost.es/2017/04/26/busca-a-la-chica-que-vio-una-noche-en-el-tranvia-romanticismo_a_22056076/

P.d 2: Escozor absoluto: https://twitter.com/PabloMM/status/858423480643194880