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12 oct 2018

'We just got Banksy-ed'


A Banksy le compro prácticamente lo que sea. Metafóricamente hablando porque no invertiría un duro en ser vilmente troleado [1] por este señor-artista-colectivo. Exit Through the Gift Shop, Dismaland, The Walled Off Hotel o como si le da por venir a Mundo Alocado a robar melones, me va a parecer bien. Es, en mayor o menor medida y dependiendo del día / estado anímico o mental de aquí un servidor, uno de los ídolos de esta página.

Estos días hemos visto su última performance: "Niña con globo" (obra favorita de los británicos según no se cual encuesta -o algo así-) cuyo lienzo (que no es más que una reproducción de un graffiti, practicamente como el poster que puedes comprar en cualquier tienda) sale a subasta en Sotheby’s y, al ser adjudicada por 1,2 millones de euros…


¡BUM! ¡Golpe al hipócrita y clasista mundo de las subastas de arte! ¡Puñetazo en la cara al Sistema Capitalista™!

[1] O no tanto.

De hecho, para nada.

Resulta que este acto (de protesta, de declaración de intenciones, de ganas de llamar la atención, de hacer el idiota…) se ha dado la vuelta a sí mismo. Consultados los expertos en la materia (a mí no me miréis) tras el paso por la trituradora resulta que la obra destrozada tiene mas valor que la impoluta. Parece un mecanismo de autodefensa del propio Sistema Capitalista™, algo así como un Plan B, unas reglas del juego cambiantes (y convenientes) para preservar intacta su razón de ser y existir. O para protegerse de jugadas como esta. O, ejem, para aumentar artificialmente el valor de una obra...

¿Qué ha conseguido Banksy entonces? Por lo pronto que le quite las telarañas al teclado y actualice la página pero supongo que sus intenciones son mas elevadas. Si lo que pretendía era meter el dedo en el ojo al mundillo este de la compra-venta de cuadritos y subastas de arte la jugada no parece haberle salido redonda pero estamos hablando de un tipo que tranquilamente puede haber orquestado toda esta "instalación" en su propio beneficio. Una operación de falsa bandera de manual. Las teorías de la conspiración prenden que da gusto con todo lo relativo a Banksy y en esta ocasión no podía ser menos: analizada la instalación al completo, es más que sospechosa. Se habla mucho del timing, del propio momento en el que Sotheby's pone la pieza a subasta, de cómo está orquestada la puesta en escena (en vivo, en redes sociales), de que es bastante increible pensar que no supieran nada. Y a tenor de cómo se han desarrollado los acontecimientos, es difícil no sospechar. No es sólo el "It appears we just got Banksy-ed" que soltó Alex Branczik, director del departamento de Arte Contemporáneo de Sotheby's (como queriendo etiquetar-inmediatamente-para-su-venta lo que había pasado: Banksy-ed) sino que las declaraciones y hechos posteriores inclinan la balanza del lado de los malpensados:

4 comentarios :

estrella dijo...

Parece todo un poco paripé, la verdad.

estrella dijo...

Por cierto, me alegro de volver a leerte!

Sr. Forfy dijo...

¡Muchas gracias Estrella! El blog está en estado comatosa pero no ha dicho su última palabra (espero).

Y de Banksy y sus aventuras esta me ha hecho menos gracia que anteriores: tiene muchas lecturas y demás y no deja de ser fascinante (que sea verdad, que sea mentira) pero "huele" un poco, no me gusta mucho como ha concluido.

Me ha hecho volver a darle a las teclas, que no es poco.

Mycroft dijo...

No es un paripé. Ni lo era Duchamp, ni lo era Magrite. Otra cosa es que para que Bansky siguiera siendo subversivo tenía que haber matado a su alter ego y creado otro empezando de cero. La cooptación de la contracultura y lo radical por el sistema es uno de mis TEMAS así en mayúsculas y justo mi propia vuelta al blog tiene algo que ver. De Sex Pistols y Clash, o Mad Men por ejemplo casi no va de otra cosa que de eso, y se inspira en "La conquista de lo cool" de Thomas Frank.
Yo me quedo del lado de los puristas, el activista radical Abby Hoffman, que se suicidó, el ideólogo Debord, recluído en su casa y apartado de los focos, los humoristas Lenny Bruce y Bill Hicks, radicalizándose a cada reproche del establishment hasta quedar fuera del sistema.